Desde pequeña me ha gustado mucho pintar soplando la pintura... ver como el agua con color y la fuerza de mi aire fabricaba efectos
incontrolados en una hoja de papel, luego era capaz de pasarme las horas
buscando la infinidad de objetos, animales raros y monstruos que esa forma de
trabajar me ofrecía… me tocaba evidenciarlos con la ayuda de un rotulador y el
resultado final siempre era diferente.
Con una cartulina, pintura acrílica disuelto en agua, pincel y unas
pajitas y papel para secar, se puede hacer este ejercicio que es una actividad
magnífica para conseguir que nuestros pequeños artistas saquen al exterior las
maravillas de su imaginación y sus animalarios mas fantásticos.